No consentido. Gay. Juegos
con orina. Los esclavos se rebelan. El castigo de Aleksandr al Amo Claudio.
El día siguiente transcurrió de manera parecida a los
anteriores. Desde la marcha de Aurelio, los esclavos tenían que soportar los
insultos y continuas vejaciones de su primo menor Claudio. Y era Aleksandr el
que más humillaciones recibía, parecía ser el punto de mira del joven patricio.
Pero aquel día todo iba a cambiar de manera radical.
Cuando el sol empezaba a ponerse, Claudio se dirigió a los
baños para relajarse y asearse. Al pasar al lado del esclavo bárbaro le dijo:
“No lo olvides. De aquí
un par de horas te quiero en mi habitación. Y más te vale comportarte de manera
sumisa y complaciente conmigo, si no quieres que le dé cien latigazos a tu
novia”
Aleksandr apretó los dientes, hinchado de rabia, pero solo
respondió un escueto:
“Si, Amo Claudio, como
desee. Allí estaré.”
Claudio no terminaba de creerse que hubiese derrotado el
enorme ego de ese gigantón. Encontraba que había resultado demasiado sencillo,
pero teniendo en cuenta que él tenía la vida de su futuro hijo en sus manos,
era natural que Aleksandr se diese por rendido y cumpliese con la voluntad del
Amo, fuese cual fuese…. Aun así, el menor pensó que cuando Alek supiera qué era
realmente lo que iba a hacerle aquella noche, sí que terminaría rebelándose.
Peor para él, terminaría con el culo roto igual, y con su mujerzuela molida a
palos. Por imbécil.
Claudio terminó de darse el baño y subió a su habitación.
Para la ocasión se había puesto una costosa túnica de seda granate oscuro. El
joven patricio tenía su pelo rubio ceniza aun mojado, y se le notaba excitado
por lo que iba a ocurrir esa noche en su cuarto. Como no quería tener
demasiados observadores, sólo mandó llamar a un guardia, que quedaría apostado en
el cuarto vigilando que el bruto germano no se rebelara contra él, ni intentase
huir corriendo de esa sala.
Mientras esperaba a que el esclavo hiciera acto de presencia,
Claudio sacó un objeto que había tenido guardado debajo de su cama. Era una vara
de madera, larga como su pierna entera, y más ancha de un lado que del otro. En
el extremo más estrecho del palo de madera, que era más grueso que la polla de
Aleksandr, había engastada una pieza de metal cilíndrica, llena de
protuberancias similares a pinchos. Por el otro lado el palo se iba ensanchando
hasta llegar a doblar su propio diámetro al llegar al extremo opuesto al del
cilindro metálico. Ése era el objeto con el que el menor pretendía sodomizar y
destrozar el culo de su esclavo germano. Claudio acarició el extremo metálico
de aquel consolador gigante y terrorífico, y notó como se le empezaba a poner
duro el pito, mientras empezaba a imaginar cómo gritaría ese bruto al ser
ensartado por ese palo en sus entrañas. Entonces oyó una voz que le decía:
“Aquí estoy, Amo
Claudio” era
Aleksandr, que con una rodilla en el suelo le saludaba.
“Bien. Recuerda cual
será la consecuencia de desobedecerme hoy, escoria. ¡Si no quieres que le pase
nada a puta de tu novia, no me desobedezcas en nada!” le dijo el menor de manera
amenazadora.
Aleksandr, sin levantarse, y observando de reojo que solo
había un guardia en la sala, respondió de manera muy sumisa:
“Si, Amo Claudio. Le
obedeceré en todo lo que me ordene.” al esclavo no le preocupaba en absoluto tener que decir
aquellas palabras, ya que dentro de poco sería él quien tendría el poder
absoluto de la villa, y Claudio pasaría a ser su esclavo y puto particular.
Hacía muchos días que lo meditaba.
Claudio, completamente ajeno a las maquinaciones de su
esclavo, empezó a explicarle qué era lo que le tenía preparado para esa noche
en particular:
“Tienes que sentirte
feliz, animal idiota. Hoy tu Amo te va a
hacer un hombre de verdad.” Mientras hablaba levantó sus manos y le mostró ese palo, que
era un terrorífico elemento de tortura sexual “Vas a desnudarte completamente, te pondrás a 4 patas sobre el suelo y
yo te meteré este palo por el culo. Seguro que terminas disfrutándolo de lo lindo
con lo maricón que eres”
Claudio esperaba que sus palabras asustaran al esclavo, pero
parecía no estar oyéndole, o estar pensando en otra cosa, y eso le molestó
mucho. “¡PLASS!!” Le soltó una fuerte bofetada, que como siempre, no
movió ni un pelo del germano
“A ver si sigues
manteniendo tu orgullo intacto cuando tengas esta maza incrustada hasta el puto
estómago” fue la
siguiente amenaza del menor.
Aleksandr solo rezaba en silencio porque la señal que estaba
esperando llegase pronto, y pudiera contraatacar a tiempo, antes de que ese
jodido enano sádico le desgraciara su orto virgen.
Y entonces se oyó aquel sonido. Muy parecido al trinar del
canario, pero realizado por labios humanos, aunque eso Claudio no podía
saberlo. Solo Aleksandr sabía que lo que ese musical sonido quería decir. De
repente el esclavo de melena castaña dio un salto y veloz como un rayo atacó al
guardia que permanecía apostado en la habitación del patricio. Como la noche
anterior Alek y Glenda habían acatado con todas las órdenes del Amo sin
replicarle nada, el guardia estaba bastante relajado y distraído. Además a él
solo le iban las féminas, así que la violación de un esclavo bárbaro más bien
se la traía floja. Por eso no vio venir aquel ataque, que lo dejó fuera de
combate en poco más de dos segundos.
Aleksandr había atravesado el estómago del guardia romano con
su propia arma, y sin perder tiempo, retiró la espada corta del cuerpo del
condenado a muerte y dio tres grandes zancadas en dirección a Claudio, que se
había quedado tieso, blanco y sin habla. No podía creerse lo que veían sus ojos
color miel.
“¡Detente, animal! ¡¡Ni
se te ocurra ponerme una mano encim…AAAAAAHH!!” antes de que Claudio pudiese
terminar con su frase, Aleksandr había llegado hasta donde estaba, le había
agarrado del cuello y lo había alzado por los aires, estampándolo contra la
pared. El palo se le había caído de las manos de la impresión, y el fuerte
golpe que se llevó.
“¿¿Qué haces, bestia
inmunda?? ¡¡Suéltame ahora mismo o haré que te maten!!” Claudio se debatía por liberarse,
pero aun no comprendía la dimensión de aquella rebelión.
“¡Cállate de una puta
vez!” la atronadora
voz de Aleksandr se sobrepuso a la suya.
El joven patricio no podía procesar aquello que le estaba
ocurriendo “¡¡Mi padre te matará!! ¡¡Suéltame
yaaaa!!”
Los que Claudio no sabía era que Aleksandr y el resto de
esclavos de la villa tenían guardada una muy buena carta bajo la manga, era
algo que el niño no se esperaba para nada.
“Tu padre ya no puede
hacernos daño” le
respondió el morlaco, clavando sus pupilas negras en las del muchacho “Acaba de haber una rebelión a nivel
nacional. Todos los esclavos de las regiones germánicas se han levantado en
armas contra sus opresores ¡¡La nación vuelve a ser nuestra!! Aunque quisiera
tu padre no podría llegar hasta nosotros, no sin antes atravesar kilómetros de
territorio enemigo ¡¡Estás perdido, Claudio!!”
El chico rubio escuchaba aquellas palabras, y cada vez su
estómago se iba haciendo más pequeño, como una bola. Le costaba respirar y se
sentía algo mareado, pero tomó un último impulso, lleno de rabia y frustración,
y le gritó a su ex esclavo “¡¡No te
creo!! ¡¡Mi padre vendrá y os hará empalar a todos!! ¡¡A la puta de tu novia la
primera!!”
¡¡¡PLASSS!!! Aleksandr propinó una tremenda bofetada el niño con la mano
abierta, que le tajó el labio y le hizo empezar a sangrar. El corazón del menor
latía desbocado en su pecho. Jamás nadie había osado ponerle una mano encima,
¡¡Y no dejaría que fuese ese idiota el que lo hiciera!!
“¡¡Que me sueltes!!
¡¡Eres un salvaje y un bruto!! ¡¡Déjame ya!!” continuó quejándose el joven patricio, pero Alek hizo
oídos sordos a esas súplicas.
El hombretón tiró de mala manera al suelo al niño que había
sido su Amo, y le agarró del pelo con fuerza, para empezar a tirar de él,
llevándolo a rastras al piso de abajo. Claudio alzó sus dos manos y las puso
sobre su cabeza, intentando menguar el daño que ese malnacido le estaba
haciendo.
“¡¡Me las pagarás
animaaaaaaaaaaal!!”
gritó, mientras bajaban por las escaleras.
Cuando cruzaron el comedor, Claudio empezó a entender la
gravedad del asunto. Allí, tirados en el suelo, había varios de sus guardias.
En el exterior se oían gritos de pelea, otros más terroríficos de dolor, armas
chocando, había algún incendio en un edificio cercano ¡¡Era verdad que los
esclavos se habían revelado!!
Pero a pesar del miedo que sentía, Claudio todavía estaba
lejos de dar a torcer su ego de patricio. Cuando llegaron a la cocina, donde
estaba Glenda, la esclava embarazada, y Aleksandr le tiró de nuevo al suelo,
empujándole fuerte, para que se golpeara y le doliese, Claudio alzó su rostro y
dijo de manera muy digna:
“¡No me da miedo morir!
¡Haz lo que tengas que hacer!”
Aleksandr se puso a reír a carcajada limpia “¡¡Jaaaajajajajaja!!” Claudio lo miró
con rostro interrogante, no entendía de qué se reía. Alek pronto se lo explicó.
“Serías muy afortunado de morir aquí
esta noche. No, Claudio. Has sido un verdadero hijo de puta y te has ensañado
con nosotros, cuando no te habíamos hecho nada. Hermana ¡Dame el documento!”
Glenda le tendió un papiro chamuscado, pero en el que se
podía descifrar más de la mitad de lo escrito.
“¿Hermana…?” susurró Claudio, entendiéndolo todo
“Si, tu padre nos
compró en el mismo vendedor, sin darse cuenta de nuestro parentesco. Fuimos
secuestrados en nuestro pueblo de origen por tropas romanas. Cuando Aurelio
pensó que éramos marido y mujer no quise desengañarlo. Así sería todo más
sencillo”
Entonces Aleksandr mostró al niño aquel papel, que era el
documento de liberación de Alek y Glenda que Aurelio le había cedido en
custodia antes de partir “Sabía que el
Amo Aurelio era un hombre de honor. Él confiaba en ti y tú le traicionaste”
“Que te jodan bestia
salvaje. No mereces más que palos” fue la nefasta respuesta del chiquillo de pelo trigueño.
El enorme bárbaro se hinchaba de rabia cada minuto que pasaba
“¡¡Cállate!!” rugió tan fuerte que
las paredes temblaron.
Aleksandr agarró a Claudio de un brazo y estiró su lujosa
túnica, rompiéndola y tirándola al suelo. El menor quedó completamente desnudo
ante los hermanos.
“¡¿Qué pretendes hacer
conmigo?!” le
preguntó gritando el joven romano.
“Voy a devolverte todo
el daño que has hecho… ¡¡Multiplicado por mil!!” le respondió el que a partir de
ahora sería su Amo “Ahora túmbate sobre
la mesa” le ordenó al crio acto seguido.
“¡Ni lo sueñes, marica
de mierda!”
Ésa última rebelión del mocoso sacó de sus casillas al hombretón
de pelo castaño, que lo agarró con firmeza y lo lanzó volando por el aire hasta
tumbarlo boca arriba sobre la mesa de la cocina. Sin perder tiempo, Aleksandr
le ató las manos a la mesa.
“¿¿Qué haces?? ¡¡Déjame
ya de una maldita vez!! ¡¡Waaaaaaaaah!!” Claudio era de lo más escandaloso, y no se callaba, ni
dejaba de intentar zafarse de sus captores.
Cuando lo tuvieron exactamente como querían, Aleksandr se
bajó los pantalones y le enseñó su monstruosa polla al niño, que entonces sí se
quedó sin habla.
“No tengas miedo, mi
puta, verás que pronto el dolor se vuelve más soportable. Incluso puede que
termines disfrutándolo y suplicándome que te rompa el culo cada día a partir de
ahora” le dijo Alek
a Claudio con tono de burla. El mayor se sujetaba el poderoso pollón con una
mano y lo masajeaba, mientras éste no paraba de endurecerse y crecer. Parecía
que no pararía nunca de hincharse y erguirse. Los ojos de Claudio se abrieron
como platos.
“Nno… ¡¡no puedes
hacerme esto!! ¡¡YO SOY TU PUTO AMO!!” le gritó el menor al bárbaro que había sido su esclavo. Pero
Aleksandr no dejó que las súplicas de ese pequeño sádico y violador le
ablandasen el corazón, como le había dicho, le haría pagar con creces todo el
daño que les había hecho.
Era entrada la noche. Claudio, el joven patricio de catorce
años de edad estaba tumbado boca arriba sobre la mesa. Le sangraba el labio por
la bofetada que le había dado su esclavo. Tenía las muñecas atadas cada una a
una pata de la mesa, con los brazos bien abiertos y estirados. Aleksandr, el
germano salvaje, que le doblaba la edad, mantenía abiertas las piernas de su
Amo, y apuntaba con su duro y grueso rabo al ano virgen del romano. Glenda, la
sirvienta embarazada se había situado sobre el rostro del menor con el vestido
arremangado por la cintura. La joven
preñada empezó a mearse sobre la cara de
su Amo. Claudio se debatía, luchando por liberarse con todas sus fuerzas. No
podía creerse lo que le estaba pasando ¡¡No podía estarle ocurriendo eso!!
¡¡Iba a ser violado por ese bruto!! Justo en el momento en que el chorro de
orina rozó su púber rostro, Aleksandr empujó sus caderas contra la estrechez
del chico y le reventó el culo con su enorme polla. El grito de Claudio fue
desgarrador:
“¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!”
Y como no pudo evitar gritar de agonía con la boca bien
abierta, el meado de Glenda, la esclava embarazada, empezó a llenarle la boca…
Si cuando tuvo que sodomizar a su hermana en contra de su
voluntad, lo hizo de manera cuidadosa, lubricándole el agujero con su saliva,
preparándola con sus dedos, y no metiéndole más que tres cuartas partes de su
descomunal rabo dentro, en el caso de la violación a Claudio, que tenía el
cuerpo todavía sin desarrollar, la mitad de pequeño que el de Glenda, sucedió
todo lo contrario. Aleksandr dejó salir al salvaje que vivía en él y se
comportó de manera bruta y violenta. Aunque el virginal y estrechísimo ano de
ese crío de catorce años estaba completamente seco, consiguió meterle de una
sola embestida la mitad dentro, y en seguida, con otro vigoroso golpe de
cadera, terminó de enterrarle su terrible mandoble dentro de sus intestinos
doloridos. Claudio aulló por el intensísimo dolor que estaba sintiendo:
“¡¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!
¡¡¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!”
Claudio quería quejarse, suplicarle que le quitara ese
monstruoso rabo de su pobre culo, incluso se hubiera humillado pidiéndoles
perdón, pero era tan fuerte el daño y el quemazón que le llenaban las entrañas
que no podía ni hablar. Glenda era una mujer hecha y derecha, y aunque su
cuerpo era más fino que el de Alek, ambos tenían más de veinticinco años, y eso
hacía que se pudiera sodomizar sin mayores consecuencias. Pero el cuerpecito de
Claudio era el de un niño. A pesar de ser un cabrón hijo de puta, tenía la
anatomía de un púber, un cuerpo sin curvas, completamente liso y lampiño, sin
un solo pelo. La diferencia que había entre el enorme pollón de su violador que
rondaba la trentena, y su pequeño y estrecho culito de niño era abismal. Por
ese motivo, y por la tremenda rudeza de las embestidas de Aleksandr, del culo
del crío empezó a manar un reguero de sangre y heces, ya que aquel brutal
empalamiento estaba desgarrando las delicadas paredes intestinales del menor.
“¡¡NOOOOOOO
WAAAAAAAAAAAHHH SAACAAALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!” consiguió decirle el chico
Pero Aleksandr estaba disfrutando como nunca había hecho con
aquella violación a su Amo. Glenda ya había terminado de mearse en la cara del
menor, y se apartó. Ella en realidad no quería vengarse ni hacer nada de
aquello, pero Aleksander casi e obligó a hacerlo. Le dijo que por su honor de
mujer salvaje, por el honor y la vida de todas las que habían muerto o sido
violadas por sus Amos, ella tenía que resarcirse. Era su deber como mujer
liberada. Y por eso Glenda, la preñada, se meó en la cara del joven Amo, pero
una vez hecho esto, decidió abandonar la estancia y dejar que su hermano se
encargara del resto. No quería verlo.
El ex esclavo germano sujetó con fuerza las caderas del
menor, y empezó a sacar con mucha calma su gigantesco pollón de ese minúsculo
agujero, que empezó a cerrarse en cuanto el intruso estuvo fuera. Alek no
perdía detalle de lo que sucedía. Las paredes intestinales de Claudio parecían
hechas de goma, y volvían a su posición inicial en pocos segundos “Qué mal lo vas a pasar, chaval” susurró
el mayor, justo antes de darle una fortísima embestida, clavándole el 100% de
su descomunal polla dentro de su delicado trasero.
“¡¡¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!
¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!” empezó a gritar de nuevo Claudio, que sentía como se partía
en dos literalmente. Ese bruto lo violaba tan salvajemente que moriría allí
mismo desangrado por su ano.
El hombretón de ojos color azabache repitió aquella acción
varias veces más, para ver si siempre sucedía lo mismo. Y efectivamente, el culo
de Claudio volvía a su tamaño original poco tiempo después de que se le
retirara el rabo que lo empalaba y lo rellenaba como a un pavo, con lo que cada
nueva penetración era como un nuevo desvirgamiento para el muchacho de catorce
años de edad.
“Tu culo es más
estrecho que el coño de una virgen vestal ¡Es una delicia penetrártelo con mi
polla! ¡¡Creo que me volveré adicto a tu culo de zorra, y me lo follaré cada
día!!” Aleksandr le
decía todas aquellas maldades al menor para enfurecerle aún más, ponerle más
nervioso y asustarle de veras. Aunque a decir verdad, no le estaba engañando.
Realmente violarle ese estrechísimo agujero le estaba dando muchísimo más
placer que el que había sentido en todos sus años probando coños. Casi le dio
lástima darse cuenta de lo que se estaba perdiendo no habiendo catado un culo
de niño cuando era más joven. Pero todavía le quedaba mucha guerra por dar, y
mucha polla con la que disfrutar, y hacer sufrir a ese pequeño demonio
patricio.
“¡¡¡WAAAAAAAAAAAAHHH!!!
¡¡¡WAAAAAAAAAAAAHHH!!! ¡¡¡WAAAAAAAAAAAAHHH!!!” Claudio empezaba a ronquear de lo
muchísimo que estaba gritando. Pero Aleksander no se detuvo por eso, todo lo
contrario, empezó a embestirle con muchísima más potencia, como si quisiera
atravesarle con su descomunal rabo.
Las rápidas embestidas de Aleksandr se multiplicaron, y la
cocina se llenó con el sonido que hacían los mullidos cojones del germano
salvaje chocando una y otra vez contra el culo del que hasta hacía pocos
minutos había sido su joven Amo. El esfínter de Claudio se contraía, apresando
en su interior aquel duro rabo que lo empalaba. El menor no podía dejar de
gritar, y pronto Alek notó que le llegaba el orgasmo, así que clavó su pollón
hasta lo más profundo de las entrañas de Claudio y empezó a descargar allí un
torrente incesante de lechada ardiente y espesa.
“¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!
¡¡Toma mi leche, puta!! ¡¡Siente mi esperma quemándote por dentro!!” le gritó el hombretón, en pleno
éxtasis.
Me gusto, estaba muy bueno... venia bien hasta que Alek quedo como un pedofilo, o sea es mi opinión, es en la pare en que "Casi le dio lástima darse cuenta de lo que se estaba perdiendo no habiendo catado un culo de niño cuando era más joven" acá ya no me gusto... como te digo es mi opinión y he mal interpretado
ResponderEliminarPerdón mi redacción es muy mala *es en la parte en que hace referencia.... *como te digo es mi opinión o tal ves he mal interpretado
EliminarQuerido Zahum Zar.
EliminarSiento mucho leer tu comentario. Tengo que remitirte a que le eches un vistazo a mi presentación, donde aviso antes de nada y dejo muy claro qué tipos de relatos tengo colgados en mi blog, cual es su temática y qué podéis encontrar en ellos.
Supongo que tendré que repetir lo que ya he dicho muchas veces. No hago apología de ninguna clase de abuso a personas, niños, ancianos, hombres o mujeres. Hay que saber diferenciar la fantasía de la realidad. Quien no lo hagas es que tiene un grave problema.
Igual que un escritor de novela negra no desea ir por ahí cometiendo los atroces asesinatos de adultos o niños que expone en sus relatos, o los escritores de fantasía no quieren que la Tierra sea destruida por una raza de malvados alienígenas verdes con antenitas, yo no deseo que ningún niño, adolescente, adulto, de un sexo o de otro, sufran las terribles vejaciones que escribo. Es fantasía. No la realidad. A mí me excita escribirlo y hay gente a la que le excita leerlo. En nuestra FaNtAsIa.
El artista maldito, conocido como Marques de Sade, fue duramente censurado y criticado en vida. En sus novelas sometía a sus jovencísimos protagonistas a brutales torturas, zoofilia y coprofagia, entre otras aberraciones. Hoy en día, dos siglos después de su muerte, sus obras malditas han sido publicadas por centenares de editoriales por todo el mundo, traducidas a todos los idiomas, y se han vendido millones de ejemplares. Yo misma me vanaglorio de tener sus escritos en un lugar preferente en mi colección.
Ya he sufrido la censura en webs de relatos eróticos. Precisamente por eso decidí abrir mi blog, para ser yo quien decidiera qué quería escribir. Y con todo el cariño, si no te gusta lo que ves aquí, lo tienes muy fácil, no vuelvas a entrar. Porque ya te aviso que no pienso modificar ni un ápice mis escritos. Son como son y me gustan así. Tienes una gran variedad de páginas de relatos eróticos donde seguro encontrarás aquellos que mejor se amolden a tus preferencias onanistas.
Te deseo lo mejor en tu camino.
hey oye mira no me eches... mira me gusta leerte, me gustan tus relatos... porque tienes muy buena narrativa... contiene una excelente trama y un genial contenido... no es meramente un relato pornográfico, limitado y sinceramente olvida-ble... tus relatos me llaman a leer... tal vez yo me exprese mal.. mira para mi la máxima primera del que escribe es despertar los sentimiento y las emociones de los que leen, y tus relatos no solo me generan una vacía erección... mira a ver si te lo explico como yo leo tu relato... desde que comencé a leerlo Claudio se convirtió en el villano, y todos amamos odia al villano y desearle lo peor de lo peor, y obviamente Alek se convierte en el héroe... he idealizamos al héroe... el tipo a pesar que lo viola y somete a Claudio (si es un discurso de doble moral) esta haciendo justicia, entonces tengo a Claudio que es el villano y se merece lo peor y mas... y Tenemos a Alek ídolo total... Alek arriba en un pedestal haciendo justicia... y de pronto la nefasta oración, en la que yo digo... o sea Alek follan un niño porque si nomas???... se me cae un ídolo... o sea a si te leo yo... Censurarte jamas... como te dije me gusta leerte.. y no meramente con un fin onanista... es por eso que justamente te comento y no solo soy un ave de paso... entonces si como dije antes tu despiertan en este simple lector todas estas emociones y sensaciones... no crees que estas haciendo un buen trabajo???
EliminarMi apreciado Nahum Zar,
ResponderEliminarEso que me dices es muy bonito, y me encanta que te agraden mis relatos por no ser únicamente letras con las que masturbarte. Pero sigo sin estar de acuerdo con lo que me dices.
Mi película favorita de entre todas es El Castillo Ambulante ¿Sabes por qué? Además de ser un anime de fantasía con una divertida historia de amor de fondo y dibujos espectaculares, los personajes no son ni tan malos ni tan buenos. La heroína se convierte en vieja porque tiene mentalidad de vieja, siendo una jovencita. Howl el mago, el prota, es un egoísta superficial y con mente de niño malcriado. La Bruja del Páramo, que debería ser la mala de la película, resulta que al final realiza el mayor acto de altruismo y por ello salva a Howl… son estas pequeñas cosas las que hacen que los personajes se vuelvan más reales para mí.
Un héroe no debería ser un príncipe azul o una princesa inalcanzables por la tremenda perfección de sus acciones. Porque si fuesen perfectos serían ángeles, no seres humanos, que somos torpes y patosos por definición. Por ponerte un ejemplo, imagina que viajas en metro y ves a una mujer embarazada y te levantas para cederle el sitio. Podrá parecerte un acto sencillo y sin importancia, pero para esa mujer tú eres su héroe de verdad. Y no le importará cómo sea tu físico, o si a veces dices mentiras piadosas, o cualquieras que sean tus defectos. Porque a ella le has “salvado la vida” solo cediéndole tu sitio. Esos son los héroes y heroínas que a mi me gustan, los que son de carne y hueso. Igual que si escribo sobre el sexo anal, tendrá que haber mierda rondando, y no aroma de flores del campo, porque así es la vida.
Voy a seguir escribiendo sobre este tema, y te aviso que en la continuación de Ricky, el perro callejero, incluiré a un Amo con dos sumisos muy muy jóvenes. Así te evitas leerlo directamente. Lo que tienes que entender, amigo Nahum Zar, es que sí me encanta tener lectores, como todo buen escritor, pero estos escritos no los hago para vosotros, los hago para exorcizar mis propios demonios, y escribiré lo que quiera cuando me apetezca.
De verdad, sin malos rollos, con todo mi cariño, si crees que no son de tu agrado, nadie te obliga a leerlos. Un abrazo.
Habiendo leído todo el intercambio de opiniones voy a hacer notar un detalle
ResponderEliminarEl pensamiento de Alek con respecto a lo extrecho del culo de un niño es completamente lógico y de sentido comun
Polla grande, culo bien cerrado por falta de desarrollo
Es una combinación muy disfrutable, casí de sentido común
Un gusto leerla Doncella
Ojala vuelva a publicar muy pronto
Jajaja Walter encantada de leerte por aquí ¡un beso enorme! y sigue disfrutando de mis relatos ;p
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