lunes

Serie Fantasías III

Otro relato breve de una sumisa y su Amo. Escrito en el mismo año que los anteriores, el 2012. Parece inconcluso pero lo está, el relato no pretendía ser sexual sino mostrar el preciso instante en que la sumisa decide abandonarse a su Amo, dejando de lado todos los miedos y preocupaciones.





Barcelona. Es noche de carnaval.

Hace casi un año que nos escribimos mails, en este tiempo tú te has convertido en mi Amo y yo en tu esclava. Hasta tengo un teléfono exclusivo para que tú me llames, para que mi novio no encuentre nada si decide revisar mi móvil habitual, y ese es mi problema; mi novio... mi luz... mi todo. No puedo dejarle, pero tampoco puedo alejarme de ti ahora que te he ido conociendo cada día un poco más. Tú eres mi oscuridad... mi sombra... mi todo también, a tu extraña manera.

Esta noche tenía cena de empresa. Me he vestido bien guapa para la ocasión, con un vestido negro muy sexy, escotado y con una raja muy sugerente en el lado. Luzco un antifaz negro a juego. Tú me habías pedido que no fuera, has venido a Barcelona a pasar unos días y querías que nos viéramos. Normal... Pero no estoy preparada... no puedo. Al final cediste, me dijiste que vale, que fuera a la cena con los del trabajo, pero que hiciera algo por ti, justo a media noche, cuando los comensales ya están más que contentos por el alcohol, me pediste que saliera al jardín y abriera el paquete que he recibido esta mañana por mensajero.

Salgo del salón, demasiado atestado de gente y música y gritos. Voy fuera, al jardín. Te dije que la cena sería aquí, en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. La empresa ha tenido buenos beneficios este año, se nota. Ando unos metros y encuentro un rinconcito apartado con un banco de piedra y una fuentecilla. Me siento bien, rodeada de oscuridad y silencio. Pienso en ti, en lo tonta que he sido por no querer verte, en lo enfadado que estarás, en porqué soy tan cobarde... Me quito la máscara, saco el paquete del bolso y lo abro. Es una pequeña botella de cava y tiene una pequeña nota adjunta "Bébeme"... ¿Qué se supone que significa esto? ¿Habrás metido algo en la bebida? ¿Y si estás loco? ¿Y si es veneno?... madre mía. Vuelvo a mirar la botella, esto me recuerda a Alicia en el País de las Maravillas... cierro los ojos... evoco tu voz... la fotografía que me enviaste con una capucha y una máscara tapando tus facciones... solo se veían los ojos y la boca. Me pierdo en tu recuerdo. Abro la botella y me la bebo de un trago. Confío en ti, Amo.


Siento que mis ojos se cierran... no puedo mantenerme despierta... me adentro sola en la oscuridad...



Abro los ojos un poco aturdida aun por la droga que me has dado. Me cuesta centrar la vista en algo. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Estoy en una gran habitación en penumbras, adornada con gruesas cortinas en las ventanas y tupidas alfombras en el suelo, tumbada sobre una cama enorme, muy alta. Intento moverme, me siento con dificultad, aun mareada, fijo la mirada al suelo, que da vueltas...

"Buenos días, princesa" recorro la habitación hasta encontrar al dueño de esta sensual voz... ¡Eres tú! Sentado en una silla junto a la puerta, llevas puesta una capucha oscura que tapa tu pelo, y la misma mascara de la foto. Pantalones tejanos y una camisa negra también. Solo veo tus ojos y tus labios. Me quedo callada, con el corazón latiendo tan fuerte en mi pecho que debes estarlo oyendo desde el otro lado de la habitación.

Te levantas y me miras fijamente mientras te acercas a mí, me sonrojo. Todo mi cuerpo tiembla, mi entrepierna se estremece. Tengo tanto miedo... a la vez me siento muy excitada. Todo esto es culpa mía. Fui yo la que se empeñaba en escribirte relatos en los que me "forzabas" a tener sexo contigo. Yo fui la que se quejaba de que no podía dejar a mi novio... diciéndote "Si te hubiera conocido en otro momento de mi vida"...

Estás justo frente a mí, pones una rodilla en el suelo y coges mi mano con la otra. Nuestros juegos suelen ser bastante más pasados de vueltas, pero no quieres asustarme tan pronto, lo que quieres es dominarme por completo. Así que, dándome un beso en el dorso de la mano, como un perfecto caballero, me dices "Espero que te encuentres bien" reconfortando así esa parte de mí que necesita de tu cariño.

Sigues sujetando mi mano con la tuya, tienes que estar notando como tiemblo de los pies a la cabeza ¿Que si me encuentro bien? estás haciendo realidad mi más oscura fantasía, me lo estás poniendo en bandeja de plata. No aparto mi mirada de la tuya, podría perderme en tus ojos, sería tan sencillo. Solo tengo que aceptar lo que me das... solo tengo que abrirme por completo a ti.

Te separas de mí, levantándote del suelo, y me dices con voz firme "Arrodíllate ante mí, perra"

"No puedo... sabes que no puedo hacerlo... lo siento... Ismael" unas lágrimas asoman en mis ojos. No puedo hacerlo, luego no podría mirar a la cara a mi novio. Sé que me lo notará... además, tengo mucho miedo de que me gustes de verdad.

Sin cambiar los rasgos fríos de tu cara me contestas "Por favor, princesa, sabías que esto tenía que ocurrir tarde o temprano. Llevamos mucho tiempo conociéndonos por mail. Ya es hora de que des la cara. Déjate llevar y te prometo que no te arrepentirás."

Me levanto de la cama, acercas tu mano a mi mejilla y secas una lágrima... "Olvídate de todo y de todos. Ahora solo existimos tu y yo."

Acto seguido me besas con intensidad.

"Tienes que creerme, todo lo que he hecho ha sido para hacerte feliz. Confía en mí. Déjame hacerte disfrutar." usas todas tus armas de seducción para atraerme hacia ti... tu voz... tu mirada... tu mano acariciando mi cuello. Tu cuerpo está pegado al mío. Ya no tiemblo. Me siento muy reconfortada aquí, entre tus brazos.

En ese mismo instante me rindo. Tú ganas. Bajo la vista al suelo y me arrodillo frente a ti. Tú disfrutas en tu interior este momento en el que has roto definitivamente todas mis defensas. Tienes mi alma en tus manos y puedes hacer con ella lo que quieras. Soy tu esclava. Saboreas este momento con orgullo. Has vencido. Miras hacia abajo. Qué bonita me veo allí de rodillas frente a ti, tan sumisa, esperando tu próxima orden.

Sacas algo del bolsillo del pantalón... el collar... me dijiste que ya lo habías comprado hace un tiempo, vi fotos, pero no querías dármelo si no era en persona, y por supuesto yo me negué. Tú me intentabas convencer diciéndome que solo quedaríamos para tomar un inocente café, pero contigo ni los cafés son inocentes. Es como si te rodease un poderoso campo de fuerza que me atrajese hacia ti sin remedio. Eso lo sentía ya solo leyendo tus mails, y ahora que te tengo en frente mis sospechas se confirman. Eres el centro de mi mundo ahora... hombre enmascarado.

Atas el collar ajustándolo bien a mi cuello ¿Te dará miedo que salga corriendo en cualquier momento? ¿Que cambie de opinión y me vaya? No, eso no ocurrirá, ya he tomado mi decisión, que es quedarme aquí, así que no temas, Amo. Me quedaré contigo hasta el final.

Vas hacia la mesilla de noche y llenas dos vasos con agua, te acercas a mí y te agachas a mi lado.

"Pon las manos sobre el suelo, así" y me pones los vasos llenos sobre el dorso de mis manos.... "muy bien... ahora ponte así... " coges mis caderas y subes mi trasero un poco más... "¿te acuerdas de aquella película que tanto te gustó?" te contesto "Si, Amo" tú sigues hablándome "Pues ya sabes cómo funciona el juego... ocurra lo que ocurra no dejes caer los vasos o habrá castigo" sonrío, sintiéndome inmensamente feliz de haber decidido dar el paso y poder estar viviendo esta increíble velada contigo "No los dejaré caer, Amo" digo nada convencida, pues los vasos se mueven solos sin que tú me toques. Como empieces a meterme mano no aguantaré mucho el equilibrio y los tiraré, ganándome un buen castigo. Me concentro en dejar las manos quietas... tú desapareces detrás de mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Maite. Secuestrada en Egipto. Cap 01.

Serie larga, donde se relatan las peripecias de la pobre Maite, joven casada a la que secuestran en su viaje de casados. A lo largo de los ...