lunes

Serie Fantasías I

Breve relato de una sumisa con su Amo. Año 2012.



Estoy tumbada en la cama. Tú me masajeas la espalda... los glúteos... las piernas... mis brazos. Ni un solo centímetro de mi piel escapa a tus caricias. Me pides que me ponga boca arriba y obedezco sin demora. Te pones un poco más de crema en las manos. Empiezas masajeando mi barriga, te gusta el tacto de mi piel, es tan suave. Luego bajas hacia las piernas, me miras de arriba abajo, estás contento, no soy una modelo 90-60-90, pero tampoco estoy tan mal. Tengo un cuerpo que grita ser dominado y una cara bonita. Sientes mi alma como te pide ser quemada en tu fuego... no, todavía no... Tienes el rabo duro, te mueres por follarme, pero aún no es el momento. Tú eres el amo y tú decides cuándo cómo y dónde, y yo obedezco, por mucho que me duela, me humille o me extrañe.

Te parece que ya me he relajado suficiente, me preguntas "¿Dónde tienes lo que te pedí que trajeras, perrita?" te respondo "En el bolso, amo" Sonríes. Quedamos con anterioridad que yo traería algún juguetito que acabaría insertado en mi ano, así te quedaría claro cuál es mi nivel en ese aspecto. Sabes que no he tenido muchas experiencias de este tipo, aunque la curiosidad me mata. Te levantas de la cama, te acercas a la mesa, abres mi bolso... el móvil... una libreta... una agenda... el tabaco... ¡Aquí está! Es un pequeño paquetito envuelto en un pañuelo de tela. Sonríes de nuevo al ver lo que he traído. Son unas bolas chinas. Empiezan siendo muy chicas y se agrandan hacia el otro lado. Piensas... "Mi perrita cachonda, te estás portando muy muy bien, sigue así y tendrás la recompensa que tanto anhelas, mi polla ensartada en lo más profundo de tu coño, tu dulce coño, que a estas alturas ya es mi coño."

Qué bien está saliendo todo, parece que hayamos nacido para esto, para que tú ordenes y yo cumpla, para que me humilles y me derrotes. Parece que nací para servirte y adorarte. Coges las bolas chinas de mi bolso, y un bote de vaselina del cajón de la cómoda. Suerte que has venido preparado para todo, me dices "Ahora túmbate boca abajo, aquí." y pones unos cojines bajo mi estómago "Voy a atarte para que estés bien quietecita" solo puedo decir "Como desees, amo" ya no puedo luchar contra ti, contra esto. Coges mis manos y las pones hacia delante, atándome las muñecas juntas frente a mí. Tengo la cabeza apoyada en el colchón y el culo en pompa por los cojines. Coges una de mis piernas y me atas el tobillo a un lado de la cama, haces lo mismo con la otra pierna, al otro lado. Te apartas y contemplas esta visión tan tentadora. Tu sumisa, totalmente abierta y dispuesta para que hagas lo que te parezca mejor. Te frotas el paquete, empiezan a dolerte los huevos, estás disfrutando mucho de esta primera sesión. Solo tienes que aguantar un poquito más ¡Qué duro es ser amo a veces!

Vuelves a la cama, recuperas la vaselina. Te sitúas de rodillas frente a mi trasero, es una vista espectacular. El coño rezumante de jugos y mi ano temeroso pero juguetón. Te quitas la parte de arriba de la ropa y empiezas a sentir mucho calor. Destapas el bote y lo inclinas sobre mi trasero, el espeso líquido se vierte justo en la entrada de mi ano. Está frío y yo estoy temblando por dentro, espero que no lo notes, quiero ser valiente por ti. Tengo tantas ganas de probar cosas nuevas... ¡Y tanto miedo a la vez! Cojo aire... respiro profundamente. Dejo que el nudo de mi estómago se relaje mientras tú masajeas con un dedo la entrada de mi agujero posterior. Puedes meter un dedo sin problemas. Empiezo a gemir levemente, intento relajarme. Me metes las bolas en mi coño cálido, entran sin problema. Las metes y las sacas lentamente y intentas meter un segundo dedo en mi culo... ¡uf! Ya empieza a estar prieto “Aquí hay mucho trabajo por hacer” piensas satisfecho ideando ya posibles futuras sesiones conmigo.

Sacas las bolas de mi coño y apuntas la más pequeña a la entrada de mi culo, presionas un poquito... ¡Plop! Entra dentro sin esfuerzo. Aprietas un poco más, vuelvo a gemir ¡Plop! La segunda bola sigue a la primera sin demora, recuerdas que te dije que soy una mujer muy clitoriana y decides averiguar cuan cierto es eso. Con los dedos de la otra mano empiezas a masajearme el clítoris, presionándolo y moviendo los dedos en círculo... ¡Mmmmmmmmhhh! ¡Qué bien te siento! Ves cómo mis piernas se relajan, me estoy dejando llevar, es el momento oportuno. Metes otra bola dentro de mí, esta es más grande que la anterior... “¡¡Aaaaaaaaaaahmmm!!” mis gemidos aumentan de intensidad. Muevo las caderas acercándolas a ti, mi coño gotea incesantemente... ¡Plop! Metes otra bola dentro. Me siento llena, y a la vez tan vacía... otro gemido... otra bola dentro... ¡Plop! Esta te ha costado más meterla... estás llegando al límite de mi flexibilidad.

Decides jugar conmigo un poquito más. Apartas tu mano de mi botoncito de placer y me pasas la punta del capullo por la raja. Te quedas pringado de mis jugos, mi raja se abre a la expectativa de una penetración que no acaba de llegar... Me estás matando... Necesito… ¡¡Te necesito a ti metido bien dentro de mí!! Abro un poco más las piernas y muevo el trasero hacia ti, intentando hacer entrar tu polla en mi coñito. No hay manera, en vez de eso te apartas lo justo para que tu punta siga rozando mi coñito y metes la última bola dentro de mi culo. Ahora sí que gimo de verdad... “¡¡AAAAaaaaaaaaaaaahhhhh!!” madre mía ¡Qué placer! Sigues pasando tu rabo entre mis piernas... te planteas seriamente metérmela ya, de una vez...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Maite. Secuestrada en Egipto. Cap 01.

Serie larga, donde se relatan las peripecias de la pobre Maite, joven casada a la que secuestran en su viaje de casados. A lo largo de los ...