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Historias de Mi Coño II‏I

Es una serie corta, de tres relatos. Incluyen una breve introducción a modo de diario y un relato distinto dentro de cada uno.


Historias de Mi Coño III incluye relato “Enculee”






NOCHE DEL MIÉRCOLES


Es jueves de madrugada. Estoy sentada a los pies de la cama. Mi novio duerme... cansadísimo... agotado. Ayer por la noche fue muy bueno conmigo, regalándome un buen revolcón de medianoche, así que tiene todo el derecho a dormir tranquilo.


Enciendo un porro, cojo el libro "Los Amantes", de Pierre Bisiou... empiezo a leer la primera frase: "Jamás nada me ha proporcionado esta sensación de vértigo como dar por el culo..." uf... me encanta como escribe este hombre. El cigarro empieza a hacer efecto. Tengo puesto un canal de videoclips en el televisor... empiezo a imaginar. Veo a una chica junto a mí, a una buena amiga, muy guapa, pequeñita y morena, muy morbosa. Nos imagino a cielo abierto... hemos ido de acampada. Este relato llevará por título el mismo que el libro de Pierre Bisiou, en su idioma original...




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“Enculee”
Es de noche. Esmeralda y yo estamos bebiendo y riendo junto a la luz de una gran linterna. Tal como hemos llegado a última hora de la tarde, hemos dejado todos los bultos dentro de la tienda. En este camping perdido de la mano de Dios, parece que somos las únicas inquilinas. Es hasta un poco tétrico al principio, tanto silencio y oscuridad, pero después de una buena ducha y mucho alcohol, empezamos a reírnos y a disfrutar de verdad de la velada.

La miro. Hoy está preciosa, con una camiseta a modo de pijama y unas braguitas culotte que le sientan de maravilla. Se ríe... me río... bebemos. Sigue hablando. Me fijo en sus labios, son tan apetecibles, y esos ojos verdes, tan profundos... lleva el pelo suelto. Me doy cuenta de que ha dejado de hablar. Aparto mi mirada de sus labios y fijo la vista en sus ojos... otra vez esa mirada de gatita traviesa ¡Qué mala es!

Nunca me lo ha dicho a la cara, pero han sido unas cuantas las indirectas que nos hemos lanzado en estos años de amistad... ella me desea... como yo la deseo a ella. Le encantaría probar cómo es follarse a una tía, pero no acaba de atreverse a dar el paso, y como sabe que yo sí que lo he probado, está claro lo que quiere de mí.

Dejo a un lado mi vergüenza. Doy otro trago y le pido a Esmeralda que vaya liando un peti. Entro en la tienda y cojo el libro "Los Amantes". Salgo fuera, me siento a tiempo de verle encender el petilla. Me siento a su lado. Ella está tumbada boca abajo, en el suelo.

Le digo: "me gustaría leerte algo-"

"Adelante" me contesta, con una sonrisa tierna en la cara.

Empiezo a leer por el capítulo 1... "Jamás nada me ha proporcionado esta sensación de vértigo como dar por el culo, cuando mi rabo parece literalmente colgar o penderse en el culo penetrado hasta el fondo, una sensación de vacío en el que late mi glande mientras el ano de mi dulce amiga estrangula mi asta."
La miro. No sé cómo se lo tomará. Contra todo pronóstico, me mira con ojos expectantes.

"Continúa" me pide, y da un trago a la botella.

Sigo leyendo... "Al principio te muestras tan púdica... te tranquilizo entonces como puedo... el juego está en tus manos..."Espero que me interrumpas en cualquier momento, pero no ocurre nada... sigo...
"Me pides un masaje... de vez en cuando me intereso por tu epidermis, o por tus nervios, y también por tus músculos, a los que mis dedos, dibujando pliegues como los de un chapoteo, aportan oxígeno y relajación. Has respondido con suspiros más intensos... Dime ¿me amas?"

Sigue sin decir nada, continúo leyendo...

"Ahora yo también estoy desnudo... y mi mano acaricia aun un poco el filo de tu vientre encantador “ Mi mano derecha se posa sobre su pierna desnuda... Esmeralda no dice nada.

"Luego se dirige hacia el sexo “ Muevo suavemente mi mano acariciando su magnífico trasero por encima de las braguitas... ¿son imaginaciones mías o ha abierto un poco las piernas?

"Paso un dedo para separar tus labios, ya sabes cómo lo hago, siguiendo el pubis con la palma, apoyándome muy suavemente sobre la meta..." Hago lo propio con mi mano, mientras lo leo, giro la muñeca y paso mi mano plana, acariciando con firmeza su coño, en un movimiento firme hacia abajo ¡Qué caliente lo siento! Sigo leyendo, no quiero romper el clímax.

"En seguida sigo con el clítoris... te voy a meter un dedo así de hondo cariño. O dos o tres... Estoy bajo el reino absoluto de tu aliento..." Paso la mano por debajo del culotte... acaricio su coño depilado... me entretengo en su clítoris, masajeándolo suavemente.

"Y entonces, cuando ya me he embadurnado bien el dedo en tu coño, desciendo luego hacia tu culo.... ahora ya es de noche, y no tiene importancia..." Y como dictan las palabras, subo la mano hasta rozar con la yema de mis dedos su delicado agujero posterior. Sé que a Esmeralda nunca le ha gustado el sexo anal, ya lo sé. Siempre ha huido de él, asustada. Esta tontería se tiene que terminar ya, yo le enseñaré cuánto más puedes gozar de tu cuerpo aun ¡Me estoy excitando tanto con esto!

"Mis caricias prosiguen su contoneo con una leve presión sobre tu acceso anal. Tus ojos que se cierran son puertas que se abren: en voz baja me dices que puedo, que no te opones, que tu ano está limpio, que incluso le apetece. Nos espera a mí y a mi verga. Vamos, pues “ Cuando vuelvo a bajar la mano hacia su raja caliente, gime. Ahora sí, se abre bien de piernas. Recuerdo que llevo el consolador de gelly en la mochila de mano. Lo guardaba para usarlo yo cuando se durmieras, pero se me está ocurriendo un uso mucho mejor que darle.

Le doy el libro a Esmeralda, que sigue tumbada boca abajo en el césped del camping. Sus ojos brillan.

"Ahora te toca leer a ti", le digo, y luego me coloco detrás de ella, de rodillas en el suelo.

La cojo las caderas por los lados y le hago poner el culo en pompa frente a mi cara... ella me miras entre divertida y extasiada.... yo la miro, seria... "Sigue leyendo, por favor" le digo.

Se giras y se pones a leer mientras yo voy quitándole las braguitas, dejando a la vista su reluciente y depilado coñito y su dulce y virginal agujero posterior... oigo su voz cuando empieza a leer.

"A veces me suplicas que te trabaje con la lengua tu hermosa y diminuta cueva, una hoja de rosa..." Estoy dispuesta a darlo todo por ella esta noche... saco la lengua y la paso despacio presionando su agujero de atrás. Su voz empieza a temblar, pero sigue leyendo.

"Me encuentro detrás de tu trasero extendido. Por el agujero de tu culo paso la lengua tan plana como puedo. Como antes la palma de mi mano contra tu matorral." Meto decidida mi lengua en su agujero de atrás, Esmeralda vuelve a gemir, y continúa leyendo...

"... varias veces... tiene que brillar, que resplandecer de saliva, porque el amor es acuoso, sobretodo como lo practicamos tú y yo..." Le meto dos dedos en el coño, está muy mojada y abierta... meto y saco los dedos, y la lengua, en sus orificios...

"Así pues, te lamo el ano..." Mmmmmh... ¡Qué placer me da el verla tan cachonda! Le meto otro dedo en tu babeante coño...

"... y lentamente el dedo lubrificado antes por tu coño se introduce en tus posaderas. Hum. Se introduce entre tus posaderas sin forzarlas. Penetra, te invade ya, prosigue su avance ante tu relajación, toca casi en su límite. Miaaaau...." Me separo de Esmeralda el tiempo justo para coger el vibrador de la mochila, es un buen rabo de gelly, Seguro que lo siente frío en la entrada de su coño... pero sigue leyendo...

"Tengo un dedo profundamente activo en tu trasero y siento... " ... "AAaaaaaaaah..."

Si... le he metido un dedo en su precioso culito... lo muevo lentamente, con mucho cariño... no tenemos prisa... dentro y fuera... dentro y fuera. Me concentro en el vibrador, lo enchufo al máximo, y lo aprieto contra tu clítoris.

"Ooooh.... Aaaah..." Esmeralda intenta seguir leyendo, ha entrado en el juego al cien por cien, como yo... ahora lo único que importa es nuestro propio placer... me susurra entre gemidos...

"Un lengüetazo lento, hago una breve pausa y maniobro en el cli... aaah... en el clítoris... te lo meto en el co.....oooohhh.. En el coño... tomo nuestro tiempo... y en res... en respuesta a tu espera, el cuerpo... el cuerpooooh arqueado... y todo tendido... hacia su sodomía...aaaah...aaah... ¡te meto dos dedos en el culo!" Dicho y hecho... me chupo el dedo índice y lo uno al dedo medio en esta sodomía que le hago, preciosa mía.

Siento mis bragas mojadas pegadas a mi coño palpitante... "sigue leyendo" le pido.

"... con este par de dedos... en el culo... y ahora también... mi pulgar... oooh... que se adentra... aaah... en tu conejo... si... mmmh... " Sigo metiendo y sacando los dedos en su culo, y moviendo el consolador, que chapotea en su coño.

"... mis dedos retoman su dulce trabajo en ti... oooh... no se trata de perforaaaar... aaaaah... se trata de.... mmmh... de ser el otro... aaaah... de unirse... estamos dispuestos a morir... siiii.... de enculamentoooooh... esta misma noche... ooooh... un tiempoooooooh.... una noche..." Acelero mis movimientos... siento cercano su orgasmo...

"... tu rabo... ahora... se delicadooooh... pero siempre lo soy... aaaah... cuando poso mi glandeeeeh.... contra tu trampa ambarinaaaah... y empujoooooh... con breves sacudiaaaaaaas... hasta que... casi milagrosamente... aaahaaaah.... desaparece en tí... ooooh... causándote infinitoooos... minúsculos... dolores... aaaaaah..." Saco el consolador de su coño, lo apago, escupo en la entrada de su culo. El consolador brilla, bañado por completo con sus jugos. Lo enfoco hacia su agujero posterior y empujo muuuy lentamente. Sé lo que siente Esmeralda, nunca olvidaré mi primera vez por ahí. Recuerdo el dolor infernal justo en la entrada del ano... recuerdo muy vivamente, como si hubiese sido ayer, a J.A. empujando su verga lenta y firme a través de mi virgen culito. El muy cabrón no retrocedió ni un centímetro ante mis súplicas... me hacía daño. Quería que la sacara de allí ya. En cambio, me la metió hasta el fondo y se quedó allí, completamente quieto, abrazándome por la espalda, susurrándome palabras dulces al oído, acariciándome con ternura y paciencia, estimulando mi clítoris de nuevo. Al final él ganó la partida, me calmé y acabé teniendo uno de los mejores orgasmos de mi vida.

Por eso, porque la conozco, porque ella es como yo, no paro cuando se queja. Intenta ir hacia delante, huyendo de esta intromisión en su ano virginal. La cojo con la mano libre por las caderas, abrazándola por la barriga, y se la sigo metiendo, sin prisas. Ya no lucha contra mí, noto en la menor presión que tengo que hacer con la polla de plástico para metérsela que ya está más relajada. Tiene los ojos cerrados, está preciosa. Ya lo tiene metido hasta el fondo. Me quedo quieta, abrazándola por la espalda. Asomo la cabeza por encima de su hombro y leo las últimas líneas del capítulo.

"Luego sigo trabajando a pequeños golpes que cada vez prolongo un poquito más hasta que, deliciosamente, mi pubis golpea contra tus nalgas blancas y me invitas con la más basta dilatación de tu culo. En esas estamos... Enculada..." Enciendo el vibrador y me sitúo tras de ella, le lamo el coño mientras masajeo su clítoris y la entrada de su húmeda cueva. Meto y saco el consolador en su culo. Ya no lucha, se deja llevar por las sensaciones. Meto y saco el consolador en su irritado culo... y meto y saco los dedos en su coño... le lamo el clítoris con ganas de comérmela entera. Gime como una perra....

"¡Aaaaaaah...! ¡¡Aaaaaaaaaaaahhh...!!"

Esmeralda se corre en mi boca en un gran orgasmo que sacude cuerpo sin control... siente oleadas de placer invadiendo cada célula de su ser... su ano palpita, apretando más el consolador... su coño palpita, muevo los dedos intentándolo calmar. Y lo que es mejor... su coño me regala su corrida... lamo y lamo hasta dejarla bien limpia. Ella se retuerce, ahí tumbada sobre el césped, levanta el trasero, ensartándose hasta el fondo el consolador y mis dedos en su culo y en su coño... su almeja palpita en mi mano.

Mi amiga se gira, me mira con una sonrisa pícara, coge el consolador y lo saca con cuidado de su culo. Esmeralda me mira con malicia y con el consolador en la mano, y me dice:

"Ahora te toca leer a ti..."
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Uf, uf, no puedo aguantar más. Saco el consolador del cajón, me encierro en el baño. Me tumbo en el suelo, frente al espejo. Abro bien mi coño y restriego la fría punta de gelly por mi raja mojada, la lubrico bien y me la meto firmemente hasta el fondo. Está tan frío.. ¡Me encanta! Esto me hace pensar en algo que guardaré para otro relato... pollas frías... corridas de hielo... Mmmmmmmhh... Me meto y me saco el consolador pensando en mi amiga, en lo que ella me haría y me corro ahí mismo, sin despertar a nadie, sin hacer ruido.

Buenas noches.

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