viernes

Historias de Mi Coño II‏

Es una serie corta, de tres relatos. Incluyen una breve introducción a modo de diario y un relato distinto dentro de cada uno.


Historias de Mi Coño II incluye relato “El intercambio”





VIERNES

¡Qué calor! Otra vez estoy tomando el sol. He decidido que este verano el blanco me va a sentar fenomenal. Pero ya no lo puedo aguantar más. Entro en casa y cojo una cerveza. Enciendo el ordenador, me apetece escribir un nuevo relato. Siendo sincera, disfruto mucho con todo esto, tanto de escribir como de masturbarme mientras lo hago; y dejar que lo leáis, conociendo así mis más oscuros deseos. Estoy desnudando mi alma para vosotros, y vosotros me lo pagáis (espero) haciéndoos una buena paja a mi salud. No puedo quejarme. La vida es bella.

Mi coño suelta jugos viscosos, palpita, mientras leo relatos de otros autores. Me encanta cómo huele mi coño cuando estoy cachonda. Recuerdo que anoche, antes de que mi novio se durmiera, rendido por el cansancio, le hice una mamada de las que le gustan, dejándole que se corriera en mi cara, en mis tetas, y por primera vez en meses, se fue a dormir con una sonrisa en la cara. Pero yo sigo tan cachonda…

Cojo el vibrador, y esta vez sin encenderlo, lo pongo de pie en la silla y me siento en él. El consolador tiene un buen tamaño. Cuando me lo ensarto así, al completo, siempre me duele un poco al principio, pero es un dolor agradable que se pasa en breve para dejar sitio a un gran placer. Y así sentada encima del consolador, me dispongo a escribir otro relato… esta vez será sobre una de mis últimas fantasías. J.A. me lleva a un club de intercambio, él es mi amo, yo su dulce esclava, y como colofón final, mi jefe aparece en escena… mmmh… Nunca me había interesado especialmente por mi jefe, hasta que hace poco me comentó que le gusta el mundo bondage y, sobre todo, las asiáticas menudas. Además últimamente le ha dado por vestir de negro, y la verdad es que le sienta muy bien, resalta esos ojos azules que tiene. Este relato se titulará…





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“El Intercambio”

J.A. aparca el coche. Le miro. Está guapísimo. Su pelo oscuro y la ropa negra hacen que sus ojos verdes resalten aún más… me encanta. Él me mira, empezando por mis ojos verde-grisáceo, continua por mi cuello, decorado con el collar de perra que me regaló cuando me hizo su esclava, bajando por mi más que generoso escote, abierto en pico hasta el ombligo, y terminando en mis largas piernas, que salen por debajo del corto vestido negro que mi amo ha escogido hoy para mí.

Vamos hacia la puerta del local. Es una puerta granate, sin ningún cartel, solo un timbre. J.A. llama. Se nota que él está seguro de sí mismo. Yo, en cambio, estoy tan nerviosa que siento que las piernas me fallarán en cualquier momento.

Abre la puerta una preciosa chica pelirroja, que nos invita a entrar con una radiante sonrisa en la cara. Somos jóvenes, guapos y viciosos, justo el tipo de clientela que buscan en este tipo de locales. Entro cogida de su mano, eso me da seguridad. Está oscuro, Nos paramos en la barra, a la izquierda de la puerta de entrada; alrededor, unos sofás y unas mesas bajas. El local está medio lleno, al fondo, un par de chicas bailan al son de la sensual música.

Es pronto, nos sentamos en unos taburetes en la barra y pedimos una botella de cava. Me bastan un par de copas fresquitas para sentirme más relajada, más segura de mí misma. Brindamos y bebemos y echamos un vistazo alrededor. De momento nada de nada. Nos miramos a los ojos, hay que tener paciencia. Bebemos un poco más.

J.A. desvía la mirada en dirección a la puerta, sigo la dirección de sus ojos con curiosidad. Acaba de entrar una pareja en el local. Ella es una joven asiática, pequeñita y guapísima, y lleva un ceñido vestido rojo que le queda como hecho a medida. Él es alto, castaño, y ¡¡¡Le conozco!!!

Bajo la mano hasta tocar la pierna de mi acompañante y le susurro al oído…

“¡¡Es mi jefe…!!”

J.A. me mira y sonríe, le he hablado en varias ocasiones de mi jefe y de lo cachonda que me pone. Si él supiera lo que fantaseo sobre él ¡¡Me moriría de vergüenza!! Y aquí está, en un bar de intercambio de parejas con una asiática preciosa. Veo de reojo como pasan por nuestro lado y van a sentarse a una mesa cerca de la pista. Vuelvo a centrar mi atención en la bebida que tengo entre las manos… me la bebo de golpe. Necesitaré mucho más que esto para calmarme. Me tiemblan las piernas, ¿Me habrá visto? ¿¿Me habrá reconocido?? J.A. vuelve a llenar mi copa mientras piensa “esto se pone interesante” se gira para mirar la pista de baile. Me bebo mi copa. Lo que más me gusta del cava es lo rápido que se me sube a la cabeza. Empiezo a sentirme bien de nuevo… mi jefe aquí ¡Vaya! ¿Quién lo diría? J.A. me saca de mi ensoñación…

“Ve a bailar con ella”

Me giro para ver a quién se refiere… Oh, vaya. La joven acompañante de Daniel está en la pista bailando sola, él está en la mesa con un cubata en la mano, mirándome fijamente, sonríe y brinda hacia nosotros. Voy a necesitar todo mi valor para llegar a la pista sin tropezarme con mis propias piernas. Está bien, nunca he ignorado una orden directa de J.A., confío en él y en su criterio. Además, sabe que si yo tuviese algún problema porque mi jefe esté allí se lo habría dicho.

“Como ordenes, Amo”… me encanta mi rol de perra sumisa.

Respiro hondo, me pongo en pie y me dirijo hacia la pista de baile, mirando fijamente mi objetivo. La bella asiática que se contonea con los ojos medio cerrados en la pista de baile. Paso frente al sofá donde está Daniel sin dirigirle ni una mirada. Lo que sea que tenga que pasar o no tendrán que decidirlo ellos. Yo hoy no soy yo, hoy soy la perrita de mi amo, y obedeceré sus órdenes, sean las que sean, porque para mí no hay nada más excitante, placentero y que me llene más por dentro que hacer feliz a J.A.

Y otra cosa que me encanta son las chicas guapas… sé que soy bi desde hace mucho tiempo… J.A. evidentemente también lo sabe. Saco un cigarro y me acerco a ella deseando ser de su agrado. No soy la única que tiene que decidir si habrá o no tema. Es importante que le entre bien, me acerco hasta donde está ella y le digo con mi mejor sonrisa.

“Perdona… ¿tienes fuego?”

Me mira de arriba abajo, evaluando las posibilidades, supongo, yo sigo con mi sonrisa puesta, ella contesta…

“No, pero toma” y me da su cigarro, para que encienda el mío… se lo devuelvo, ella me sonríe, me acerco a su oreja y le comento…

“Bailas muy bien… a mi amo le gustaría vernos bailar juntas, si te apetece…”

Me giro señalando a J.A., es importante que ella le vea y le dé también el visto bueno. No hay problema, claro, mi acompañante está cañón y aun no he conocido a la mujer que le niegue abrirse de pierna. Ella se acerca a mi oído y me dice…

“Me llamo Riko, en japonés significa jazmín.”

La cojo por la cintura, acerco mi boca a su oído. Es curioso, porque huele a jazmín. Le susurro mi nombre. Entonces Riko empieza a moverse al compás de la música, rozando su cuerpo con el mío. Me fijo mejor en ella, es pequeña, si, pero proporcionada, su vestido me deja entrever unos pechos firmes y juguetones bajo la tela, y tiene una cara tan bonita… esta chica debe ser modelo o algo así.

Mientras nosotras bailamos J.A. se levanta y va hacia la mesa donde está Daniel, señalando el sofá a su lado le pregunta:

“¿Puedo?”

“Por supuesto”

Así J.A se sienta con mi jefe, y empiezan a hablar…

“Tu acompañante es muy bonita.”

“La tuya también, y la conozco…” dice Daniel

“Lo sé, me lo ha dicho” le contesta mi Amo

“… no sé muy bien como llevar esta conversación, es la primera vez que venimos a un local así.”

J.A. le contesta…

“¿Qué tal si empiezo invitándote a otra ronda?”

Mi jefe acepta encantado…

Desde donde estoy no sé de qué hablan, pero veo como nos miran y sonríen mientras beben de sus copas…

“¿Te gustaría follártela?” le pregunta J.A.

“Si, claro” contesta Daniel

“Mira, ella es mi esclava, y hará todo lo que le ordene, siempre que esté dentro de unos límites.”

“¿Y cuáles son esos límites?” dice Daniel

“Por ejemplo, no hay problema en follarse a tu a miga o a ti mismo, le encanta el sexo oral. Pero el culo… ese es mío solamente. Y claro, teniendo en cuenta la relación que tenéis, lo que sí que te pido es máxima discreción.”

“Me parece correcto.” contesta Daniel

Una vez establecidas las normas básicas ya podemos empezar.

J.A. y Daniel se acercan a nosotras, él me abraza por la espalda, restregándome su paquete por detrás, y Daniel hace lo mismo con Riko.

J.A. nos dice “Vayamos a un lugar más cómodo” y nos conduce por un pasillo con habitaciones a derecha e izquierda, algunas están vacías, otras tienen la puerta cerrada. Vamos a la del fondo a la izquierda, una preciosa habitación roja con una tenue luz iluminando una gran cama. El techo y dos de las paredes son espejos.

Mi amo me ordena “Desnúdate y luego desnúdala a ella”

Así lo hago, quedando en pelotas en medio de la habitación, Riko es una preciosidad. Y tiene una rajita pequeña y depilada.

J.A. prosigue “Riko, túmbate en la cama, por favor, y tu, arrodíllate en el suelo aquí, y hazle una buena comida de coño a tu amiga.”

Si oh si veo como la japonesita se tumba abriéndose de piernas frente a mí, me arrodillo a los pies de la cama, paso los brazos por debajo de sus piernas y acerco mi cara a su coño…. Mmmmh qué bien huele… Con mis labios atrapo su clítoris y sin soltarlo paso la lengua por la base de éste, Riko no tarda mucho en empezar a gemir gracias a mis lametones en su agujerito. J.A. y Daniel no pierden el tiempo, ya están desnudos y con los rabos bien tiesos, se sientan sobre sus rodillas cada uno a un lado de Riko, y ella no tarda en coger cada polla con una mano y empezar a pajearles. Todo esto me está poniendo cardíaca, bajo la mano y empiezo a masajearme el clítoris. Sigo lamiéndole un rato la rajita mojada, voy metiendo y sacando mi lengua como si de una pequeña polla se tratara. J.A. nos cambia las posiciones, él se pone de rodillas, guía a Riko para que se gire y se ponga a 4 patas, empezando a hacerle una mamada. Daniel se arrodilla también, mirándome fijamente, con esos ojos azules, fríos como el hielo, con el rabo tieso entre las piernas… ya está… si cruzo este límite ya no habrá vuelta atrás. ¡Qué coño! ¡Solo se vive una vez, a disfrutar se ha dicho! Me acerco gateando a Daniel, acerco mi cara a su entrepierna y empiezo a meterme su reluciente polla en la boca. Aumento el ritmo de mi mamada a medida que van aumentando sus gemidos… estamos todos muy cachondos.

J.A. nos pide a Riko y a mí que nos pongamos en el centro de la cama, empezamos a darnos el lote y a tocarnos por todo el cuerpo. Mi amo se pone tras ella y Daniel tras de mí, y ambos a la vez empiezan a penetrarnos nuestros chorreantes coñitos, Daniel me meta su polla hasta el fondo, J.A. hace lo mismo, por un momento se quedan así, quietos, luego empiezan un mete saca frenético, las embestidas de Daniel me empujan contra Riko y las que le mete mi amo la empujan a ella contra mí, esto es puro vicio.

Sin llegar a corrernos, J.A. vuelve a cambiarnos de posición, pone unos cojines en medio de la cama, me pongo yo sobre ellos a 4 patas y Riko se pone encima mío, en la misma posición, ahora por un lado están las 2 boquitas y por el otro los 2 coñitos sedientos de rabo. Daniel se pone frente a nosotras, y J.A. por detrás. Siento como mi amo se folla a la amiga de Daniel mientras él me mete su polla en la boca, en unas cuantas embestidas es a mí a quien folla sin piedad J.A. mientras Riko saborea la polla de su amante. Pasamos un buen rato en esta posición, luego es Daniel el que nos folla mientras J.A. disfruta de nuestras boquitas… joder qué cachonda estoy… me siento tan bien.

J.A. me pide que salga de debajo de Riko, ella en la misma posición mama la verga de Daniel mientras J.A. se la folla sin piedad. Cada uno la embiste por uno de sus agujeros. Yo me coloco bajo su almeja y lamo su coño, la polla de J.A., lo que encuentre a mi paso. No pasa mucho tiempo cuando la japonesita se corre, no tengo ninguna duda, me ha llenado la boca de su viscoso jugo. Lamo bien para dejarla limpia. Riko se queda tumbada en la cama, exhausta, yo aun puedo con un poco más de caña.

Daniel se me acerca por delante, seguimos arrodillados en la cama, y así, de frente, me mete su polla hasta los huevos, dejándola ahí parada. Siento a J.A. por detrás, escupe en mi agujerito posterior y empieza a metérmela por ahí. No es la primera vez que lo hace, pero sí que es la primera vez que me follan por el coño y por el culo a la vez, es otra de mis fantasías, que por fin se hace realidad. A J.A. le cuesta un poquito al principio, pero una vez su glande ha superado la barrera de la entrada de mi ano, me la mete toda entera sin problemas, Riko ya está recuperada, se acerca a mi por el lado y me chupa el pecho, mordisqueándome el pezón, baja una mano y me masajea el clítoris… ahora sí… empiezo a gemir como la perra que soy mientras Daniel, mi jefe, me rompe el coño con sus pollazos y J.A. me destroza el culo con sus embestidas… me siento a punto de reventar… ¡¡¡de placer!!! Yo tampoco tardo mucho en correrme, soltando jugos por mi coño escocido y complacido… sintiendo los espasmos que sacuden mi cuerpo, mi coño… mi culo… mi orgasmo parece haberles dado una señal… cada uno se corre en uno de mis agujeritos… llenándome de su leche caliente ¡Ooooh, qué bien me siento! Daniel se separa de mí, y J.A. saca su polla de mi trasero, me tumbo en la cama, satisfecha. Daniel, que empieza a entender cuál es el rol de amo, le ordena a su amiga.

“Ahora te toca a ti hacerle una buena comida de coño a nuestra amiga, y que quede bien limpita de nuestro esperma.”

Ni corta ni perezosa, Riko se acerca a mi coño y me lo empieza a lamer con ganas… que vicio… que preciosa.

Fue una noche memorable, sí señor.



Al día siguiente, en el trabajo, Daniel no me hizo ningún comentario, fue tan serio como siempre. Sé que J.A. y él han intercambiado los teléfonos, así que a saber qué nos depara el futuro.

Al cabo de unos días, solos en un despacho con paredes de cristal, Daniel me dice:

“Te tenía aprecio, ¿sabes? Creía que eras una chica trabajadora y formal, pero ahora que se lo zorrilla que eres y lo que te gusta una buena polla, no puedo evitar aprovecharme de ello. A partir de hoy, cada día antes de entrar a trabajar y justo al salir, me esperarás en el parque de la calle de atrás, y me harás una buena mamada. Si lo haces bien quizás te ganes que te vuelva a follar con ganas, por cada vez que no aparezcas a nuestra “cita” te pondré un punto negativo en tu evaluación ¿Lo has entendido, gatita cachonda?”

Le miro, sorprendida, y siento como me ruborizo… Qué afortunada me siento de tener tantas pollas a mi disposición… “Si, lo he entendido”

“Bien” me dice Daniel “espero verte a la salida allí.”

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