jueves

Historias de Mi Coño I


Es una serie corta, de tres relatos. Incluyen una breve introducción a modo de diario y un relato distinto dentro de cada uno.



Historias de Mi Coño I incluye relato “Noche de sexo en el hotel”




JUEVES
Hace calor… mucho calor.

Llevo 2 horas en la terraza tomando el sol. Estoy ardiendo por dentro y por fuera. Entro a la sombra del comedor.

Me siento tan húmeda, pero tú no estás. Mi novio, estás trabajando, y yo aquí en casa, sola. Caliente y cachonda. Y muy sola. Pienso en el consolador, que está guardado en el fondo del cajón. Pienso en J.A., un antiguo rollo, siempre me pone muy cachonda pensar en él. Cojo el consolador y me siento en el sofá. Lo enciendo y lo apoyo en mi clítoris, cerrando bien las piernas y pensando en J.A. Su pelo moreno, sus intensos ojos verdes, su mirada lasciva. Cierro los ojos y me dejo llevar… Imagino una situación en la que podría haberme encontrado con él, por ejemplo, cuando trabajaba en el Hotel de camarera de habitaciones. Recuerdo que en el turno de noche teníamos mucho tiempo libre.

Este relato se titulará…



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“Noche de Sexo en el Hotel”
“Me llamo Silvia, tengo 24 años, los ojos negros, y el pelo largo color azabache. Trabajo en el turno de noche de un Hotel 5 estrellas muy conocido de Barcelona. Me gusta trabajar de noche, es muy tranquilo, solo tengo trabajo a primera hora, cuando limpio el restaurante, y el bar de recepción, y a última hora, cuando doy la última ronda antes del cambio de turno. Si ningún cliente pide toallas o sábanas limpias, cosas extraña a esas horas de la madrugada, puedo ir a mi rollo. No puedo quejarme, está muy bien este trabajo.

Lunes. 2 AM. Estoy sentada en la lavandería, decidiendo si escaparme a fumar o si pasarme por la cocina a ver si puedo pillar algo bueno para picar, cuando suena el beeper.

“TI TI TI TI” Leo el mensaje “Hab.218 sábanas limpias”

Cojo un juego de cama del armario y subo a la habitación indicada por el ascensor de servicio.

Pico suavemente a la puerta… “Servicio de habitaciones…” una voz masculina responde.

“Pase”

Entro sin mirar directamente al cliente a la cara, soy muy tímida y no me gusta mirar a los ojos a hombres extraños a quienes hago la cama mientras me miran… es todo tan erótico.

Cuando me agacho a deshacer la cama oigo que dice “¿Silvia?” me giro y justo a mi lado está él, J.A.Llo miro sorprendida, hacía años que no sabía nada de él… años deseando volver a verle. Es sin duda el mejor amante que he tenido entre mis piernas, con diferencia.

“J.A. eres tú…” está tan cerca… ¡Y es tan guapo! Tiene el pelo negro y los ojos verdes, y cuando sonríe pone una cara muy sexy. Siempre que pienso en él recuerdo la noche que me desvirgó el culo. Me puso cachonda hasta que le supliqué que lo hiciera… con el miedo que tenía ¡Y lo bien que lo pasé! A pesar de eso, no lo he vuelto a probar con nadie. Siento el coño como se va mojando. Su mano acariciando mi cuello me saca de mi ensoñación. Su voz aterciopelada, profunda, acaricia mis sentidos “Estás muy guapa” me dice y se acerca para besarme; me aparto un poco y clavo la vista en el suelo “No puedo, estoy casada ahora…”

J.A. me sujeta la barbilla y me hace levantar la vista, veo como medio sonríe con cara pícara, y haciendo caso omiso a mis palabras… ¡me besa!

Su beso me deja sin aliento. Mi cabeza grita “¡NO!” pero mi cuerpo responde de otra manera… abro los labios permitiéndole meter su lengua en mi boca. Su otra mano rodea mi cintura, apretándome con firmeza contra su duro cuerpo. Entonces me mira directamente y me dice “desnúdate”… ¿Qué? ¿Cómo? No no, esto es ir demasiado lejos, con este beso ya he hecho demasiado por hoy…le digo “No puedo J.A.”, él me mira sonriente y se acerca de nuevo “Claro que puedes preciosa”. Me besa de nuevo, esta vez es más apasionado, su mano sube acariciándome el interior de la pierna, hasta dar con mi ardiente y mojado coñito; lo acaricia a través de la media. Maldigo en silencio el uniforme del Hotel, una bata azul sobre la ropa interior, nada más. Su lengua acaricia la mía, le abrazo apretando con nuestros cuerpos su mano, en mi centro de placer. Intento pensar con claridad, no puedo. Un gemido placentero me delata… J.A. se aparta de nuevo… “anda, desnúdate”.

No sé cómo ni por qué, mis manos empiezan a desabrochar los botones de la bata; me quito las medias, las bragas y el sujetador, bajo su mirada felina, y me quedo allí de pié, quieta, en medio de la habitación. J.A. me mira como si él fuese un lobo hambriento y yo un corderito que devorar. Leo en sus ojos el hambre que tiene de mí… pensarlo me hace sentir aun más deseo por él. Se acerca sin dejar de mirarme, coge las braguitas del suelo y las huele “Mmmmmh… cómo te he echado de menos, niña…”

Con una mano me empuja para sentarme en la cama, coge mis piernas en alto y se pone cada pierna a un lado de la cara; me abraza con fuerza la barriga… y sin mediar palabra saca la lengua y da un largo, lento y firme lametón por toda mi raja. Arqueo la espalda como respuesta. J.A. atrapa mi clítoris entre sus labios y lo masajea con la lengua. Lame toda la superficie de mi coño palpitante, y empieza a meterme la lengua por mi agujerito… Ooooh que placer…

Mientras me lame y penetra, cada vez con más intensidad, pasa el peso de mi cuerpo a un brazo, ahora tiene una mano libre y aprovecha para meterme uno… dos dedos en mi raja… entran y salen y sigue lamiendo… aaaaah….

Toda mi vergüenza se va por el desagüe, junto con los restos desmembrados de mi moral… gimo como una perra… gimo y siento llegar un gran orgasmo que sacude mi cuerpo… J.A. no para cuando me corro, sigue lamiendo y metiéndome los dedos hasta ponerme cachonda de nuevo… qué cabrón… cómo me conoce… después de un orgasmo necesito otro, ¡¡Y después otro y después otro!! Y así hasta caer rendida. Así es como me gusta a mí. Y él lo sabe. Y le encanta.

Sigue comiéndome el coño hasta que me vuelvo a correr en su boca. Recuerdo cuánto le gustaba mi sabor… mi olor… decía que olía a dulce hembra en celo. Sigue lamiendo, estoy muy cachonda. J.A. para un momento y me mira a los ojos, me dice “Pídemelo, quiero que me supliques que te folle”.

Me quedo callada mirándole, sin saber qué decir. Él suelta mis piernas, se quita el pantalón y los calzoncillos y se tumba sobre mí, desnudo. Con su mirada fija en la mía, restriega su duro rabo contra mi coño mojado. Susurra en mi oído “pídemelo niña”… me está volviendo loca con las caricias de su miembro en mi entrepierna. Estoy con las piernas abiertas, con J.A. restregando su polla en la entrada de mi coño… esto ya no tiene vuelta atrás, mejor será que lo disfrute. “Por favor… ¡Hazlo…!”, J.A. me mira y sonríe, coge uno de mis pechos y me muerde el pezón, para lamerlo después. Su rabo está parado justo en la entrada de mi coño. Ni dentro ni fuera. Me lame el cuello, la oreja, me dice “No te entiendo… ¿Qué quieres que haga?” aparto la mirada, frustrada por mi timidez… le necesito tanto… “Por favor J.A., necesito que me folles ya… Por favor ¡Métemela!”

Su mirada se endurece, es lo que había estado esperando. De repente me mete toda su polla hasta los huevos… empieza un mete-saca salvaje, haciéndome llegar a tocar las estrellas. Mi coño palpita mandando oleadas de placer por todo mi cuerpo. Mis tetas se bambolean en cada embestida. Tiene mis rodillas en sus hombros, me tiene completamente abierta y dispuesta para él. Levanto la mano y acaricio sus pectorales. Cada vez me enviste más rápido y más fuerte… no puedo aguantar más.

Aaaaaaaah…. El tercer orgasmo de la noche sacude mi cuerpo de forma violenta. Cuando termino, él se separa de mí. Veo su hermoso miembro reluciente, cubierto por nuestros jugos, hinchado y magnífico y no me puedo contener. Él está sentado de rodillas entre mis piernas; me alzo y me siento en la cama, tengo su polla frente a mi cara. Yo tampoco he olvidado cómo le gusta. Cierro los ojos y acerco mi cara a la base del tronco, abro la boca y me meto ambos huevos dentro; los acaricio con la lengua, jugueteo con ellos… y con la mano le voy pajeando… le dedico un buen rato a esta parte de su cuerpo. Sus gemidos me indican que él está conforme con esto. Paso la lengua desde la base a la punta de su rabo, y empiezo a meterme la punta en la boca. Succiono y acaricio su miembro, metiéndomelo cada vez un poquito más adentro. Él fue quien me enseño a hacer un garganta profunda; respiro pausadamente, relajo mi garganta, siento la punta de su glande rozar mi campanilla… un poco más adentro… ya… ya está… he llegado hasta los huevos. Sé lo que viene ahora. Como si me hubiera leído el pensamiento, pone sus manos en la parte posterior de mi cabeza y empieza a empujar con la cadera, follándose literalmente mi tráquea, casi ahogándome con su miembro. Le encantaba que se la comiera así, arremete con fuertes embestidas, haciendo chocar sus huevos contra mi barbilla una y otra y otra vez… y cuando ya no puede aguantar más me la clava hasta el fondo, apretándome bien la cabeza contra su aparato; y se corre. Su lefa se desliza por mi garganta… su miembro palpita… empuja un poco más adentro… y cuando ya empieza a deshincharse, la saca de mi boca para dejarme respirar. Intento dar una bocanada de aire pero me da por toser, es lo que tiene la falta de práctica. Su leche me sale por la nariz ¡Qué vergüenza!

J.A. coge una esquina de la sábana y me limpia mimoso la cara. Me da beber un poco de agua, y cuando se asegura de que estoy bien, me da un beso. Me abraza, apoyando su cuerpo contra el mío. Su mano vuelve a acariciar mi coño caliente. Ya no me quedan fuerzas para resistirme… J.A. me mira el cuerpo de arriba abajo, siento su mirada como algo físico.

Esto no ha terminado; no ha hecho más que empezar…

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No puedo seguir escribiendo… estoy tan cachonda. Cierro los ojos, abro las piernas y me meto el consolador, meto y saco la polla de gelly de mi coño húmedo y hambriento. Me aprieto el pezón con la otra mano... imagino que es J.A. quien me folla. Meto y saco Meto y saco Meto y saco hasta correrme. Dejo caer el consolador. Por unos momentos no puedo moverme… me quedo en el sofá tumbada, disfrutando de mi propio placer.
Ya no hay tiempo de más. Limpio el consolador y lo guardo. Me conecto y envío el relato que acabo de escribir. Me doy una ducha. Me voy a trabajar. Sigo muy cachonda. Esta noche cuando vuelva a casa voy a pillar a mi novio por banda… esté o no cansado esta noche ¡me lo voy a follar!

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